En el mundo inmobiliario, comprar en una comunidad cerrada sigue siendo una opción popular. La seguridad y la protección siempre han sido factores decisivos en la compra de bienes raíces, pero es especialmente importante para propietarios de segundas viviendas que pueden pasar largos periodos fuera de su propiedad. Esta certeza se vio reforzada durante la reciente crisis de salud por las dificultades para viajar. Si tuvieron la suerte de permanecer en su segunda casa durante un período prolongado de tiempo o incluso, si no pudieron estar en su segunda residencia, tener la tranquilidad de que la vivienda estaba bien cuidada en una comunidad cerrada, les abrió un mundo de ventajas.
Mayores medidas de seguridad
Vivir en una comunidad cerrada reduce las posibilidades de ser víctima de delitos y garantiza la tranquilidad individual. Toni Candini, responsable de Desarrollo de Negocio de Arum Group, empresa que gestiona varios resorts en España, afirma que el principal valor de los resorts y urbanizaciones cerradas es su protección y vigilancia. “Generalmente son espacios cerrados que tienen muy buen servicio de seguridad interna y suelen estar alejados de las zonas urbanas”. Esto cobra todavía mayor relevancia cuando analizamos los desafíos de salud que el mundo ha enfrentado a lo largo de este año.
Las comunidades cerradas ofrecen privacidad y vida en comunidad
Los servicios de seguridad de una comunidad cerrada permiten a los propietarios convivir en un vecindario privado con acceso restringido. Los propietarios y sus familias pueden relajarse y realizar sus actividades diarias con una mínima interferencia del mundo exterior. Pueden pasear por los jardines, llevar a sus perros a pasear o disfrutar del tiempo en los espacios comunes y sus alrededores sin preocuparse por la presencia de extraños o por el ruido del tráfico externo. Además, cuando deseen interactuar con otras personas, cuentan con una amplia comunidad a su alcance. Este ambiente de familiaridad y confianza es una gran ventaja, al igual que la sensación de que no se encuentra solo en una propiedad aislada.
Acceso controlado
Para el propietario, conocer la comunidad implica sentirse relajado para moverse con libertad, sobre todo en un área como ésta, con menos densidad poblacional que una ciudad. Este aspecto de la vida en un resort ha resultado crucial durante la pandemia, porque es indispensable cumplir con las pautas sobre socialización. Sin duda, es mucho más fácil mantener las distancias con los demás y reducir el contacto con personas ajenas a nuestro círculo familiar en un espacio con acceso controlado.
Servicios adicionales
Adicionalmente, muchas comunidades cerradas ofrecen servicios complementarios a sus propietarios, especialmente cuando se encuentran en una comunidad turística. Debido a que se encuentran algo alejados de las áreas urbanas cercanas, han desarrollado una serie de servicios "internos" para su comunidad como médico de guardia, pequeñas tiendas, servicios de mantenimiento para la vivienda, limpieza de habitaciones, chef a domicilio o farmacias. Estos beneficios hacen que la vida en el resort sea mucho más cómoda y que la comunidad sea autosuficiente. En este sentido, José Miguel Mesa, International Broker Manager de Abama Luxury Residences, señala: “Muchos de nuestros clientes no hablan español y si necesitan médicos o asistencia, no saben cómo comunicarse o no saben a dónde ir. Aquí siempre tienen una persona de contacto".
Incremento en el valor de la propiedad
Los servicios exclusivos y los beneficios adicionales de vivir en una comunidad cerrada repercuten en el valor de la propiedad, que no disminuye con el paso del tiempo y, muy al contrario, la demanda a menudo supera a la oferta. Incluso durante el último año, los precios de las propiedades de comunidad cerrada se han mantenido estables en un mercado inestable. Es un estilo de vida premium que continúa ofreciendo no solo seguridad sino también un confort excepcional a sus propietarios, fortaleciendo las ventajas de comprar casas de lujo en el mercado inmobiliario actual.