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Casas de lujo en la playa: el placer de tener el mar a unos pasos

La conexión humana con el mar es uno de los factores determinantes para la valorización de las casas de lujo en la playa. El contacto con el agua y con la arena o simplemente, el sonido de las olas nos permite liberar tensiones. Un efecto terapéutico evidente en vacaciones de verano que se podría experimentar en cualquier época del año con una propiedad costera.

Tan importante como el diseño arquitectónico, los metros cuadrados o la calidad de los acabados, las vistas al mar pueden marcar la diferencia en un inmueble. De hecho, tras la pandemia de 2020, los agentes inmobiliarios perciben un incremento de búsqueda de propiedades que se beneficien de luz natural, cuenten con espacios al aire libre y permitan disfrutar de un entorno tranquilo. En esta ecuación, la posibilidad de abrir cada mañana la ventana y encontrarse con vistas espectaculares al océano o contemplar una isla en el horizonte como si de una postal se tratase, se convierte en un privilegio que no tiene precio.

Tenerife, una isla con el clima perfecto

¿Por qué tenemos la tendencia a asociar casas en venta en la costa española con temporada alta? Probablemente por la imagen de calor, fiesta y vacaciones que proyecta la península ibérica. Sin embargo, hay sitios que son verdaderos oasis en cualquier época del año y cuya oferta inmobiliaria vale tanto para instalar una segunda residencia por algunos meses como para plantearse una mudanza y gozar de un clima excepcional sin salir de Europa.

Conocida como la isla de la eterna primavera, Tenerife forma parte del archipiélago canario, situado al suroeste del continente. Con 21ºC de media, goza de veranos muy agradables, lejos de las sofocantes temperaturas centroeuropeas e inviernos muy acogedores, sin los extremos fríos del norte. La explicación se encuentra en su particular ubicación geográfica en el océano Atlántico que se nutre de la frescura de los vientos alisios en época estival y de la calidez de los anticiclones de las Azores en invierno.

Con casi la mitad de su paisaje protegido, la amplia variedad de especies endémicas de Tenerife ha generado ecosistemas que contribuyen a crear microclimas por regiones. Tal es el caso de Guía de Isora y su entorno al suroeste de la isla que se benefician de una agradable barrera climática gracias a la corriente del Golfo y a los parques naturales aledaños. Hablamos de tres mil horas de sol al año con un clima templado que goza de la cercanía a la playa y a la montaña.

Delfines, corales y tortugas cerca de casa

Si hay algo que caracteriza al sur de Tenerife es la belleza de sus paisajes submarinos: corales negros exclusivos de estas islas, tortugas de gran tamaño, rayas de diferentes familias y una gran variedad de cetáceos son algunos de los atractivos que resultan irresistibles para los amantes de la vida acuática. De aguas turquesas, Costa Adeje es un buen punto de partida para el avistamiento de calderones o ballenas piloto, así como de delfines mulares. Estos espectaculares cetáceos que han hecho de estas aguas su hogar se dejan ver prácticamente todo el año gracias a la conciencia ambiental de los guías que mantienen la distancia de seguridad en los acercamientos. Desde Puerto Colón, Puerto de Los Cristianos o Puerto de Los Gigantes zarpan excursiones dedicadas a estos avistamientos, pero también hay opciones para quienes quieren dar un paso más y atreverse a bucear.

Profesionales o amateurs, los buceadores encuentran en Tenerife todo tipo de excursiones para conocer el fondo marino que ofrece, entre otros atractivos, corales negros propios de la naturaleza volcánica del archipiélago, formaciones rocosas milenarias y tortugas marinas que, inclusive, pueden apreciarse con snorkel. El tiempo en Costa Adeje es, además, un extraordinario aliado porque proporciona temperaturas acuáticas muy agradables en cualquier estación.

El placer de darse un chapuzón al final del día                

Relajante y saludable, el mar es una fuente de extraordinarias experiencias para personas de todas las edades. Desde que somos niños hasta la vejez, encontramos tranquilidad y diversión a partes iguales con la arena de la playa, el movimiento del agua y la exposición al sol. No hace falta mucho más para alcanzar la plenitud y dejar que el tiempo pase sin prisas ni agobios. La isla de Tenerife cuenta con más de 67 kilómetros de playas que, en su mayoría, están compuestas por arena negra. Esta particularidad se debe al material volcánico predominante, pero más allá del color no implica ningún riesgo para la salud. Pero también hay playas Tenerife con arena dorada como la del Duque con una completa oferta comercial a su alrededor, la de Abama que goza de una cala íntima para tumbarse sin aglomeraciones o la de La Pinta cuyo puerto deportivo cuenta con diferentes opciones para echarse a la mar.

Quienes visitan la isla por primera vez se preguntan cuáles son las mejores playas de Tenerife, pero es difícil decidirse porque todo dependerá de sus intereses y expectativas. La playa de La Arena es ideal para buceadores que buscan buenos puntos de inmersión, la de Las Vistas acoge a familias con niños pequeños y en La Jaquita hay unas piscinas naturales únicas para el descanso. Cualquiera que sea la elección, en todas encontrarán señalización que indica la calidad del agua, la información ambiental básica y los servicios disponibles.

La arquitectura en armonía con el paisaje

El lujo es un concepto que ha cambiado con el paso del tiempo y hoy se relaciona más con la calidad de vida que con la ostentación. En este sentido, la cercanía con el océano añade valor a la propiedad raíz. Los arquitectos que se enfocan en este concepto crean viviendas con vistas al mar que, gracias a un diseño escalonado, no entorpecen la perspectiva de ningún vecino. Por ejemplo, en complejos concebidos para integrarse con su entorno como Abama Resort, encontramos casas de dos plantas en las que las terrazas son protagonistas, apartamentos con amplias ventanas que dan paso a la luz natural desde diferentes ángulos o balcones que permiten disfrutar de panorámicas completas con paisajes extraordinarios dominados por el océano. Un escenario idóneo para pasar largas temporadas que van más allá de las vacaciones porque la posibilidad de hacer trabajo remoto permite vivir en el resort con la playa a solo unos pasos.

Otro aspecto destacable es que muchas de estas propiedades cuentan con licencia para uso turístico, de modo que sus propietarios pueden obtener una alta rentabilidad al destinarlas para el alquiler turístico. Así, los viajeros que buscan una casa vacaciones España encuentran en Abama Resort Tenerife el lugar perfecto para veranear y, al mismo tiempo, los propietarios de estos inmuebles pueden beneficiarse de las ventajas del modelo Buy-to Rent.

Parques naturales, estrellas y tradiciones

Más allá de las posibilidades que brinda el mar, puede haber un sinfín de opciones de ocio en territorios costeros. Así que en la búsqueda de casas de vacaciones en Tenerife es importante analizar el entorno en el que se sitúa la propiedad y la calidad de los servicios que pueden encontrarse a pocos kilómetros a la redonda. En el caso de un resort como Abama no hace falta moverse mucho. Un campo de golf diseñado a lo largo del terreno ofrece espectaculares vistas al mar desde cualquier ángulo, sus restaurantes gourmet también han sido construidos con grandes ventanales y terrazas para no perderse ningún detalle y las piscinas infinitas parecen fundirse con el paisaje.

Por su parte, la oferta de la isla canaria en materia de turismo de lujo es variadísima: puede ir desde una excursión al pico más alto de España, el volcán del Teide o un paseo entre árboles milenarios en el Parque Rural de Anaga, hasta una visita a la vecina isla de La Gomera. Un recorrido en bicicleta rodeando la costa, una detenida observación del cielo estrellado o un tour por pueblos tradicionales pueden ser planes perfectos para un fin de semana. Y quienes tienen la suerte de visitar la isla en junio podrán aprovechar, además, para vivir una auténtica noche de San Juan en la playa practicando conjuros milenarios como saltar una hoguera y pedir un deseo especial.

Puerto seguro para el descanso, el teletrabajo con vistas extraordinarias o el disfrute de una buena temporada fuera de las grandes ciudades, las casas de lujo en la playa se presentan como una oportunidad para reconectar con la fuerza del océano y descubrir su esencia en nuestra propia naturaleza.