“Losas que se insertan en una colina ajardinada”. Así es como Corona-Amaral Arquitectura ha definido su trabajo en Las Atalayas de Abama, un conjunto residencial de diez viviendas que comparten la misma ubicación en el resort, pero son propuestas individualizadas y con carácter propio.
Para los reconocidos arquitectos, Antonio Corona Bosch y Arsenio Pérez Amaral, fundadores del estudio, la situación estratégica del condominio fue determinante para decidir cómo diseñar cada una de las propiedades. Según explican, se tuvo en cuenta “la optimización de las privilegiadas vistas hacia el noroeste con el lago de Abama y el acantilado de los Gigantes y hacia el sur con el campo de golf Abama, el mar y la isla de la Gomera.” Un análisis que hoy en día permite a cada propietario gozar de unas panorámicas exclusivas que pueden disfrutarse desde los grandes ventanales o desde las terrazas de cada villa.
Independencia, privacidad, comodidad y amplitud que se complementan con una entrada de luz natural absolutamente diáfana y el confort de una chimenea que hace mucho más acogedor el invierno tinerfeño. Las habitaciones en forma de suite permiten dar rienda suelta a múltiples estilos e ideas para decorar. Además, los espacios privados para almacenaje, el garaje subterráneo, las piscinas y los jardines particulares conforman una lujosa propuesta que goza de todas las ventajas de estar dentro de un resort. En Las Atalayas cada parcela de villa tiene entre 356 y 445 m2, y la superficie construida oscila entre 225 y 282 m2.
Como apuntábamos al comienzo, las distribuciones y el diseño de cada vivienda son únicas, pero se conservan elementos comunes en las cocinas y los espacios al aire libre, además de un diseño arquitectónico exterior homogéneo que aporta unidad visual. En palabras del estudio Corona-Amaral Arquitectura “compositivamente se plantean como un conjunto de losas horizontales blancas que se ensartan en elementos verticales o chimeneas de piedra natural basáltica a diferentes alturas según las tipologías y en función de las plataformas en que se apoyan”.
Un estudio en busca de la excelencia
Fundado en 1984 junto al reconocido profesional, Eustaquio Martínez García, este estudio de arquitectura es muy valorado en las islas Canarias por su incesante búsqueda de cualificación a nivel nacional e internacional. Prueba de ello es que desde 2008 implementan un sistema de calidad y medio ambiente ISO 9001, ISO 14.000 y EFITECNIC.
En la actualidad, los socios fundadores trabajan con el arquitecto asociado, Mark Senning en proyectos públicos y privados de gran impacto. Son suyas obras como el ‘Paseo Marítimo del Médano’ en Tenerife o la ‘Casa Jardín del Sol’ de Tacoronte, publicada en prestigiosas revistas especializadas. Además, han sido artífices de la adecuación integral del emblemático hotel Mencey de Santa Cruz de Tenerife, la recuperación del histórico ‘Puente del Cabo’ y la construcción de numerosos proyectos residenciales, comerciales y hoteleros a lo largo y ancho de la Isla.
Al igual que todos los arquitectos elegidos por Abama para dar forma a sus unidades residenciales, los profesionales de Corona-Amaral han recibido importantes premios como el primer lugar en el concurso para el Plan de Desarrollo del Polo Universitario y Tecnológico de Agadir, Marruecos. También fueron seleccionados para la II Bienal de Arquitectura Española por su edificio de la Estación Marítima de Jet Foil; obtuvieron el primer puesto en el concurso de ideas para una estación de tren del sur de Tenerife en Los Cristianos, y fueron galardonados con el Premio de la Comunidad Europea a la mejor Obra Pública 1999/2000 por el Plan Urbanístico de Santa Cruz de Tenerife, entre otros reconocimientos.
Representantes de la arquitectura moderna más sostenible y comprometida con el desarrollo de la Isla, Corona-Amaral Arquitectura lidera con éxito la construcción de las villas de Las Atalayas y se inscribe en el libro de la excelencia que cada día escribimos en Abama Resort.