En Los Jardines de Abama, en Tenerife, una de sus iluminarias se ha vuelto imprescindible: la lámpara Link en suspensión, una pieza que Abama Luxury Residences ha convertido en un icono para la promoción de su última promoción de branded residences. Detrás de esa pieza está la multipremiada LZF, la empresa fundada por Mariví Calvo y Sandro Tothill que con su intervención artística en el campo de la iluminación artesanal han protagonizado una brillante carrera centrada en las posibilidades de la madera como difusora de luz, siempre con la naturaleza como inspiración principal y aplicando técnicas que influyen en el bienestar y la mejora de la salud mental.
LZF es la única compañía que en nuestro país ha recibido los dos principales reconocimientos para el mundo del diseño: el Premio Nacional de Artesanía (2011) y el Premio Nacional del Diseño (2020). Hoy profundizamos con sus fundadores para conocer su historia y su inspiración al crear esta pieza.
Vienen de campos muy distintos: la pintura y la música. ¿Qué los motivó a emprender juntos el mundo de la iluminación?
Nuestras vidas han estado marcadas por la creación artística en distintas ciudades y países, pintando o haciendo conciertos. Eso nos ha facilitado el hecho de interiorizar diferentes formas de entender la vida.
Sandro se ha movido desde Australia a Etiopía, dónde su padre trabajaba para la FAO. Posteriormente, se trasladó a Italia un tiempo, y luego a Londres dónde hizo la carrera de Estudios Africanos, compaginándola con la creación musical, para aterrizar finalmente en España. Yo, en cambio, me formé aquí, donde me licencié en Historia del Arte y en Bellas Artes. Gracias a una beca me trasladé a Nueva York para estudiar en el Pratt Institute de Brooklyn la especialización de collagraph, y me quedé a vivir allí seis años, por lo que también pude estudiar visión gráfica en el Museo de Holografía de Nueva York. Luevo residí en Madrid, París y, finalmente, regresé a mi ciudad natal, Valencia.
¿Cómo cruzaron sus caminos?
Nos conocimos en una de mis escapadas a Valencia cuando vivía en el extranjero, en una cena organizada por un reconocido escultor valenciano, Pepe Romero. Después, nos establecimos temporalmente en mi estudio y, un año más tarde, un pequeño accidente hizo que nuestras vidas cambiaran para siempre. Mientras diseñábamos nuestra nueva casa, dejamos de casualidad unas finas chapas de madera encima de una gran mesa de luz que tenía en el estudio y así, sin más, descubrimos la grandiosidad de la chapa retroiluminada.
El entusiasmo nos llevó primero a realizar luminarias para nuestro nuevo hogar y, al finalizar, decidimos montar una exposición a la que llamamos “Luzifer” (luz y hacer) y que organizamos en un teatro de Valencia con la participación de más de 30 artistas que colaboraron con su particular visión de crear una pieza conjugando una bombilla con un cilindro de chapa de madera. El éxito de la muestra, las críticas que obtuvimos y un pedido de 300 lámparas para un hotel en Mallorca nos llevaron a fundar “Luzifer”, ahora LZF, que, como contaba nació en 1994 entre amigos, y a orillas del Mediterráneo, esa fuente inagotable de luz, calma y alegría.
¿Cómo influyen sus antecedentes artísticos y musicales en los diseños y la filosofía de LZF?
Músicos y pintores coinciden normalmente en su especial sensibilidad y en su forma de profundizar y presentar sus trabajos. Para nosotros significa desnudarse, dar lo mejor de nosotros mismos, intentando transmitir con un lenguaje vanguardista las claves de un mundo al que miras desde tu perspectiva personal, intentando impactar, ir un poco más allá, ofreciendo nuevos planteamientos. Por ello, la colaboración con fotógrafos e ilustradores singulares que admiramos es constante. Escritores, músicos y artistas colaboran también puntualmente tanto en el desarrollo de las campañas como en la del producto.
¿Qué consideran que LZF aporta de nuevo al mundo de la iluminación y la decoración?
Las colecciones de LZF tienen identidad propia, son diversas e invitan al cliente a identificarse con ellas. Nuestra principal aportación, creemos, es la de poner en valor lo hecho a mano, ofrecer productos que hablan desde la sensibilidad, que hablan de la pasión con que LZF realiza sus creaciones, fiel a su filosofía, a la naturaleza, al respeto por las personas, a su bienestar, y a la importancia de apostar por un sueño.
Trabajar con un material ancestral como la madera, nos da la oportunidad de utilizar un lenguaje único, fácilmente reconocible, en ocasiones inolvidable, con el objetivo de atraer la mirada de una forma amable, de viajar un poco más allá con nuestra imaginación, de soñar con peces voladores o mares de madera luminosa.
Han mencionado la importancia de la biofilia y la salud en sus diseños. ¿Cómo se refleja esto en sus productos?
Tenemos que ser conscientes de que más del 99% de la historia de la humanidad ha transcurrido en estrecha vinculación con la naturaleza y sólo el 1% restante equivale a la vida tal y como la conocemos hoy en día.
Es la calidad de nuestra relación y conexión con la naturaleza la que ayuda a frenar el deterioro de la salud mental. Es importante porque pasamos la mayor parte del tiempo en interiores expuestos a la iluminación artificial. Cualquiera de nuestros trabajos comienza con el estudio del comportamiento de la madera, reinterpretada como difusor de luz, como creador de estados de ánimo positivos y relajantes y que aportan beneficios terapéuticos inmediatos.
Estamos especialmente orgullosos de nuestra participación en cinco hospitales en EE. UU. dedicados a la cura del cáncer, particularmente con el trabajo realizado para el MSK de NY.
¿De qué manera creen que sus lámparas contribuyen al bienestar y la felicidad de las personas que las utilizan?
El otro día estaba leyendo un artículo que decía la doctora Alison Pritchard, de la Universidad de Derby (Inglaterra), ha descubierto que las personas que se sienten más conectadas con la naturaleza tienen un mayor bienestar eudaimónico, un tipo de satisfacción que va más allá de sentirse bien e incluye tener un propósito significativo en la vida. Es algo que me tocó, porque personalmente me gusta identificarme y darles significado a los objetos.
¿Qué significa para ustedes que ‘Link Suspensión” se haya convertido en uno de los principales símbolos de marketing de Abama y que, además, esté presente en muchos de sus materiales promocionales y plataformas digitales?
En Abama cada detalle, en todo su proceso creativo, lleva a la contemplación, a una forma de bienestar conectado al océano, en el que se siente la brisa y el olor a mar, como ocurre en el Mediterráneo.
Los bellísimos materiales naturales autóctonos que utilizan están perfectamente alineados para ofrecer una paz y un placer envolvente que ayuda a viajar en el tiempo, hacia un lugar que habíamos perdido en la memoria y que de repente se hace real, ayudándonos a la transformación. La lámpara “Link” es un objeto que sintetiza todos estos valores, que conecta con el Atlántico, con sus sinuosas curvas en forma de suaves olas, y con la tierra, a través de la madera.
¿Cuál fue la inspiración detrás de su diseño? ¿Y qué elementos artísticos o culturales influyeron en su creación?
Nuestra lámpara “Link” es una cinta de Moebius que representa una paradoja, una figura aparentemente imposible que desafía nuestras nociones preconcebidas de la realidad. Su presencia en la cultura y la tecnología habla de su poder innovador y creativo. La primera aplicación de este concepto en LZF data de 1994, fue un aplique “Moebius” diseñado por Mariví, basado en una única cinta.
Este ha sido un concepto muy arraigado en la memoria de LZF y su desarrollo era ideal para un diseñador matemático como Ray Power, que en 2006 fue el encargado de seguir la evolución con una lámpara de suspensión y, posteriormente, con una versión de pie, que se apoya en la repetición y en la unión de múltiples cintas.
En 2011 recibimos de Juli Capella, el encargo de realizar una luminaria de grandes dimensiones para el restaurante Mi casa del Chef José Andrés en Puerto Rico. Dirigí el proyecto apoyándome en la versión vertical de Ray ideando una nueva composición en horizontal y sin fin.
¿Qué técnicas y materiales utilizaron para dar forma a la 'Link Pendant'?
En LZF combinamos los conocimientos tradicionales, hechos a mano por expertos artesanos, con la tecnología y la investigación. En el caso del modelo “Link”, se seleccionaron maderas de bolívar, muy dúctiles que permiten realizar torsiones extremas en la madera y que al mismo tiempo ofrecen un dibujo en forma de catedrales que embellecen de forma significativa el diseño.
LZF ha recibido más de treinta y cinco premios nacionales e internacionales. ¿Cuál ha sido el reconocimiento que más les ha emocionado y por qué?
Nos han hecho especial ilusión el Premio Nacional de Artesanía que recibimos en 2011, y el Premio Nacional de Diseño, que nos fue concedido en 2020. De hecho, LZF es la única empresa española que puede presumir de haber recibido ambos galardones.
¿Cómo ven la evolución de la iluminación y el diseño en los próximos años y qué papel esperan jugar en esa evolución?
Creemos en un discurso que se mueva entre lo funcional y el art design. Necesitamos que la naturaleza en toda su grandeza se introduzca en las ciudades, en nuestras casas, en nuestros espacios de trabajo, en nuestras vidas, necesitamos evolucionar con ella, necesitamos crear objetos con un equilibrio que nos permita sentir satisfacción, respeto, protección y eficacia.