Properties, Resort

Playa Abama: la joya oculta entre nuestras propiedades de lujo en Tenerife

Invertir en propiedades de lujo en Tenerife puede pasar de ser un mero negocio a convertirse en una experiencia de vida excepcional cuando en la propuesta inmobiliaria elegida se han tenido en cuenta los increíbles encantos secretos de la isla.  Algo que se cumple a rajatabla en el caso de Abama Resort, donde el estilo de vida exclusivo, discreto y en armonía con el entorno, es toda una declaración de intenciones. En el suroeste de la isla, en un enclave de serenidad y paisajes sobrecogedores que sirvió de inspiración a los creadores del proyecto, se encuentra Playa Abama, un lugar escondido que encarna todo lo que el estilo de vida de esta comunidad puede ofrecer: armonía, tranquilidad y una conexión auténtica con el entorno.
Cristalina y discreta, Playa Abama es un pequeño paraíso oculto, reservado para quienes valoran la tranquilidad y la privacidad en estado puro. Rodeada por un entorno natural protegido y resguardada por plataneros e imponentes formaciones volcánicas, esta cala de arena dorada y aguas turquesa ofrece una atmósfera íntima y exclusiva, alejada del bullicio turístico habitual en otras zonas de la isla. Aunque, como todas las playas de España, es de acceso libre, los huéspedes y residentes de Abama Resort tienen opciones de transporte muy cómodas que les permiten acceder con mucha más facilidad. Si no, la manera de llegar es a pie recorriendo las escaleras desde el parking del Hotel Ritz Carlton, Abama.

Una vez allí, las aguas cristalinas, ideales para nadar o practicar deportes como esnórquel, el surf, el bodyboard, el kayak o la vela, permanecen en calma gracias a un rompeolas natural que resguarda la costa, creando una laguna serena perfecta para familias o para quienes buscan relajarse sin interrupciones. Rodeada de aves autóctonas, en sus aguas profundas es común atisbar delfines y otros cetáceos lo que da buena prueba de su excepcional tranquilidad. Esta calidad del agua y la limpieza del entorno han convertido a Playa Abama en una de las más valoradas del archipiélago, aunque sigue siendo un secreto bien guardado para muchos.

Un lugar con historia, a la medida de Abama

Para quienes eligen hacer de Abama su hogar, la playa no es solo un destino de ocio: es una extensión natural de su día a día. Las mañanas comienzan con paseos tranquilos junto al mar, continúan con momentos de relax bajo el sol y concluyen con atardeceres casi mágicos. Sin embargo, pocos conocen su pasado fascinante. Y es que, aunque no muchos lo saben, la Playa Abama tiene su propia historia ya que esta zona fue habitada por diversas culturas a lo largo del tiempo, entre ellas, los guanches, los antiguos aborígenes canarios que vivían en Tenerife antes de la llegada de los conquistadores españoles en el siglo XV. Ya en el siglo XVIII, el lugar se transformó en un importante punto de intercambio comercial entre Europa y América del Sur. Durante la época colonial, se construyeron varias fortificaciones en los alrededores que aún pueden visitarse.

De arenas doradas, a la izquierda de la playa, hay habilitado un pequeño paseo que da a otra zona de baño, una suerte de piscina natural con unas pequeñas escaleras talladas en la propia piedra, junto a escaleras que conectan el mar abierto. La configuración de la zona, hecha a la medida de Abama, forma parte del espíritu del resort ya que la propia playa es fruto del proyecto de regeneración que puso en valor la zona cuando se instaló el primer hotel.

Tener una residencia en Abama significa mucho más que haber invertido en propiedades de lujo en Tenerife y la Playa Abama es un ejemplo. Un rincón privilegiado del Atlántico en el que el mar no solo se contempla: se vive. ¿No es esto el verdadero lujo?