Porque nada aquí es convencional, el vino de Tenerife es también un ejemplo de cómo la creatividad y la pasión por el entorno natural pueden llevarse hasta sus últimas consecuencias para dar resultados extraordinarios. Y es que a la importante tradición vinícola de este territorio se suma desde hace unos años una original manera de producción que combina la salinidad del mar y los aromas primigenios de la tierra: nada menos que un vino madurado en el fondo del Océano Atlántico.
Hablamos de un vino muy especial, resultado del esfuerzo de la Bodega Submarina de Canarias, pionera en la región en esta curiosa forma de crianza. Y es que se sabe desde antiguo que cuando aparecen restos de un naufragio, aunque hayan pasado cientos de años en el fondo del mar, siempre hay ciertos elementos que no sólo resisten la erosión del tiempo y del océano, sino que mejoran las cualidades de su preciado contenido: las botellas de vino.
Partiendo de esa base, estas bodegas canarias construidas bajo el mar están irrumpiendo con fuerza en el mercado vinatero aprovechando las ventajas que ofrece este insólito lugar de almacenamiento. Al sur de la isla, muy cerca de nuestro resort de lujo en Tenerife, te esperan los vinos canarios criados bajo el mar para que puedas sentir en tu paladar sensaciones nuevas y exclusivas.
La Bodega Submarina de Canarias
En la bahía Porís de Abona, a unos 40 minutos en coche de Abama, una estructura de hormigón y acero a 18 metros de profundidad guarda en su interior cavas que albergan 5.000 botellas del mejor vino de la región. El océano Atlántico mece su crianza en la Bodega Submarina de Canarias entre tres meses y un año para producir un néctar que no puedes perderte por la singularidad de sus matices. Pero te preguntarás ¿cuáles son las ventajas de una bodega en el fondo del mar?
Hay muchas. Por ejemplo, las botellas no sufren la incidencia de la luz ni de los ruidos, y la temperatura y la presión son casi constantes, por lo que el zumo de la uva fermenta de una manera absolutamente distinta a como lo haría en superficie. Su desarrollo es más lento y a la vez más certero, como aprovechando el tiempo para dar lo mejor de sí. La influencia de la salinidad cambia su estructura, aportando un ‘bouquet’ mineral, primando los aromas secundarios y terciarios sobre los primarios.
Los vinos que contiene son de la Denominación de Origen Abona de Tenerife, un sello joven que desde 1996 va adquiriendo cada vez más prestigio debido a sus variables condiciones de cultivo. Sus viñas pueden crecer a 1700 metros de altitud o en un clima semidesértico, lo que confiere a la producción de sus caldos una variedad inusitada para una región tan pequeña.
Siete son las bodegas de la comarca que hacen crecer sus vinos en la Bodega Submarina de Canarias: El Rebusco, Ferrera, Acevedo, Reverón, Cumbres de Abona, Presas Ocampo y Prodiflora, cuyos gerentes han hecho una apuesta por la innovación que empieza a dar sus frutos.
Así que, si eres un amante de los buenos caldos, no puedes perderte esta singularidad que es el vino de Tenerife. Un vino distinto y exclusivo, ideal para degustarlo con tranquilidad saboreando la esencia de la tierra y la caricia del mar.